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¿Podrá alguien presentarnos a un hada?
¿O son ellas las que deciden libremente si aceptan o no a un humano?
El mundo de la Hadas es una mezcla de misterioso encanto, de cautivadora belleza, pero también de una enorme fealdad, de insensible superficialidad, de humor, malicia, júbilo e inspiración, de temor, risa, amor y tragedia. Es mucho más rico de lo que, por lo general, nos induce a creer la literatura y es, además, un mundo en el que hay que penetrar con suma cautela, pues no hay nada que más enoje a las hadas que unos seres humanos que se mueven curiosamente por sus particulares dominios, como turistas malcriados. Bajo su embrujo puede desarrollarse el amor y también el abandono y la muerte. Al igual que los humanos viven en un universo de contradicciones.
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Ubicación del mundo de las Hadas
La ubicación de estos seres elementales, ha sido variable con el correr de los tiempos y las culturas. Para los Irlandeses, alguna vez se ha encontrado en el horizonte y otras bajo sus propios pies, alguna vez en tierras montañosas y otras en una isla mágica en el medio del mar, o debajo del océano.
Para otras culturas se los puede encontrar, en el ambiente natural, en una planta, un árbol, la tierra, un lago, en la brisa, el sol, en el perfume de las flores y todo lo natural que nos rodea. En una palabra, el aire, el agua, la tierra y el fuego son los cuatro elementos que contienen a los Espíritus Elementales
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