Se sabe que los niños son muy imaginativos. Esto dificulta tomar seriamente sus juegos con amigos invisibles o las descripciones que pueden hacer de ellos, aunque en muchos casos se trata de criaturas que son muy pequeñas para mentir o estar condicionadas culturalmente por descripciones tradicionales.
Por otra parte también en los adultos la mente tiene una tendencia a la fabulación. Muchas veces, al no encontrar una explicación a determinados acontecimientos, se les atribuye a duendes o algún tipo de espíritu, lo cual no tiene ninguna lógica.
En otros casos, al trabajar en entretenimientos de la mente a través de meditaciones o estados contemplativos, se forman en ella imágenes de criaturas, pero son eso imágenes. De allí que no se daba afirmar con liviandad que se ha sido contactado por entidades.
Algunas confirmaciones pueden ser dadas por animales. En el momento en que el contacto se produce, los perros y los gatos que se encuentran en el lugar cambian de humor. Generalmente, no les gusta para nada que los duendes, hadas o gnomos se encuentren cerca de ellos. Pueden chillar llamando a su dueño mirando fijamente en una dirección precisa o trazar círculos rondando un lugar determinado.
Las plantas, en cambio, suelen mejorar su aspecto y lucir impecables ya que en ellas también habitan espíritus elementales de la tierra. Otra señal puede ser que los seres dejen alguna huella de su paso por el lugar y que, por ejemplo, arreglen algo con sus manos.